1. Se generan mal-posiciones en los dientes cercanos: Los diente que se encuentran adyacentes al espacio del diente perdido pueden rotarse o desplazarse y el diente del arco contrario, que normalmente contactaba con éste, con el tiempo, empieza a extruirse (salirse). Esta situación puede generar problemas más complejos como: maloclusión, ruidos y dolor en la articulación temporomandibular, bruxismo, exposición de la raíz de los dientes extruidos, rotados o desplazados y sensibilidad en los mismos.
2. Se sobrecargan los dientes restantes generando lesiones como las abfracciones: Al perder dientes en alguna zona de nuestra boca, instintivamente empezamos a masticar más por el lado contrario que otorga myor estabilidad y eficiencia para esta función, por lo cual, la carga masticatoria es mayor y se pueden generar las abfracciones dentales que son lesiones no cariosas en forma de cuña que se presentan por pérdida de estructura dental (inicialmente esmalte y en casos más avanzados dentina), se ubican en la unión amelocementaria (cuello del diente, donde se unen el esmalte con el cemento dental), esta zona es susceptible por presentar menor grosor de esmalte, cuanto más profunda sea la lesión indica que se ha perdido mayor estructura dental y por ende, se debilita considerablemente el diente.
3. Afecta notoriamente la estética: Además de romper con la armonía y estética de la sonrisa al ver el espacio de un diente perdido, con el paso del tiempo, se empieza a perder o re-absorver el hueso en la zona, tanto en altura como en grosor, lo que puede afectar incluso el soporte de los tejidos blandos como el labio, generando así líneas de expresión marcadas.
Recomendaciones: Es importante prevenir la pérdida de dientes manteniendo buenos hábitos de alimentación e higiene oral, usar a diario la seda dental junto con el cepillado, adicionalmente asistir a consulta odontológica regularmente (cada 6 meses) con el fin de detectar lesiones incipientes que puedan tratarse de manera poco invasiva, realizar una limpieza profesional que retire la placa bacteriana calcificada, detectar problemas de mordida, controlar hábitos nerviosos, etc. En caso de que ya haya sido necesario extraer algún diente por motivos de caries, enfermedad periodontal o un accidente, es muy importante reemplazar tan pronto como sea posible dicho diente(s) para evitar que avancen las situaciones anteriormente expuestas dificultando y haciendo más costoso el tratamiento odontológico.
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